
Una de las preguntas que más nos solemos hacer las mentes curiosas es sobre cosas muy cotidianas, de aquellas que hasta que paras un segundo realmente no te paras a pensar la razón por la que sucede, uno de estos elementos es sin duda el por qué el pegamento no se pega cuando el bote está cerrado. Y es que para muchos las capacidades adhesivas de los pegamentos puede llegar a ser mágico. No es para menos, sin duda estamos ante la «magia» de la ciencia, que es capaz de conseguir que aquello más habitual y cotidiana de casa sea todo un reto para muchos.
Pero entrando en el tema de la pregunta, la realidad es que la ciencia tiene la respuesta a la pregunta de por qué el pegamento no se pega cuando el bote está cerrado. La respuesta es simple, la mayoría de adhesivos están compuestos por una sustancia activa y un disolvente. Básicamente cuando este disolvente se evapora la sustancia activa hace su función y solidifica el liquido, haciendo básicamente que el pegamento pegue, uniendo las piezas o lo que queramos pegar.
De hecho, cuando tenemos el pegamento dentro de su bote, no existe tanta capacidad de evaporación, por lo que no empieza su efecto activo y no se pega. Un símil fácil de entender sería justamente con una botella llena de bebida gasosa, en la que gracias a cerrar la botella el gas no se va de su interior y se concentra en la botella hasta que la abrimos.
Por tanto, si lo que quieres es conservar pegamento una vez que hayas abierto el bote, lo se trata de que no haya contacto con el aire, o de que esté a bajas temperaturas. El mito de que el pegamento en una nevera se conserva mejor no es cierto. La clave de todo se basa en que tengamos bien cerrado el contenedor del pegamento, solo así conseguimos que no se pega en su interior, ya que conseguiremos la concentración necesaria.