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El «Niño», origen y frecuencia

El «Niño» es un cambio en el comportamiento del sistema oceánico y atmosférico a gran escala, de más de 10.000 km, que altera las corrientes oceánicas de las aguas del Pacífico y de las condiciones de los vientos alisios en la zona ecuatorial. El resultado es un cambio en el comportamiento en las lluvias y en la temperatura del mar que afecta a millones de personas, de ambos lados del Pacífico, como Ecuador y Australia.

El Niño: Un fenómeno antiguo y frecuente

El fenómeno climático el «Niño» no es un fenómeno reciente asociado al cambio climático actual. Ya en época prehispánica el «Niño» hacía de las suyas y se estima que marcó el futuro de las civilizaciones, tanto en los momentos de expansión como en los momentos de extinción. Las largas sequías o los períodos de grandes inundaciones pusieron fin a algunas ciudades y pueblos de antes y después de la colonización. A partir de la colonización de América, se ha podido estudiar los efectos del «Niño» a partir de los documentos históricos de navegación, producción agraria o por la construcción y evolución de las poblaciones y poblados.

Se estima que cada 50 años aparece un «Niño» muy intenso. Desde 1578 hasta la actualidad ha habido 9 grandes episodios con «Niño» y en las últimas décadas destacan el 1982-1983 y el 1997 a 1978. La periodicidad normal de un «Niño» es entre 2 y 7 años y tiene una duración de unos 6 a 18 meses.

El peor «Niño» registrado se vivió entre 1997-1998, cuando las intensas lluvias provocaron graves inundaciones en la cuenca del río Yangtsé en China, con la muerte de más de 1.500 personas.

Origen del nombre de El Niño

El nombre «Niño» tiene su sentido, se refiere al niño Jesús. El pusieron los pescadores peruanos al periodo de tiempo en el que desaparecían los bancos de peces del mar y, cada año, era por los vuelos de Navidad. La causa era una la pequeña invasión de agua más cálida que llegaba a las costas de Perú y Ecuador sin muchos nutrientes y, en consecuencia, con pocos peces. Este nombre se ha extendido a la denominación del fenómeno climático, ahora ya demostrado científicamente y con datos.

Como si se tratase de una balanza, el «Niño» es el peso decantado hacia un lado, con aguas mucho más cálidas en América y frías en Australia. Por el contrario, si la balanza se inclina hacia el otro lado encontramos la «Niña», aguas mucho más cálidas de lo normal en Australia y mucho más frías en América, es menos intenso y de efectos contrarios al «Niño» .