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Vivir es probarlo infinitas veces. Màrius Sempere

Una de las frases que más me gustan es la del escritor, poeta y pensador catalán Màrius Sempere. En ella, de forma muy simple, pero con toda la potencia del mundo consigue resumirnos la esencia de la vida: probarlo infinitas veces.

Ya hemos hablado largo y tendido de que muchas veces el principal problema que tenemos para realizar una acción vital es el miedo, o la parálisis, o cualquier otro sentimiento que nos impide actuar.

Pero si eres de los que ha conseguido superar este paso previo, lo siguiente que te vendrá a la cabeza será el fracaso.

El fracaso es quizá un sentimiento más cruel y poderoso que el miedo o el pánico. El fracaso, o el miedo a él, puede condicionar absolutamente todas nuestras acciones, y llevarnos a una parálisis aún más tremenda y considerable.

Por eso, en esta frase de Màrius Sempere, podemos encontrar una de las principales verdades universales, y es que el fracaso es habitual, es parte de la vida, y debemos saber vivir con él.

Pocas personas han conseguido sus objetivos vitales a la primera, y si lo han hecho la suerte ha tenido mucho que ver en ello, tanto, que quizá haya que reflexionar sobre ello, pero lejos de esto, también es cierto que la mayoría de personas de éxito han fracasado de forma absoluta muchas veces, y que aprender y superar la decepción del fracaso es lo que les llevó al triunfo final.

Así, cuando Màrius nos dice que lo probemos infinitas veces no solamente nos está indicando que debemos perseguir nuestros sueños, también nos dice que la única forma de conseguirlo es justamente intentarlo, superar esa barrera para ir más allá.

Pero, y aquí está la grandeza de la frase, nos dice que hay que hacerlo infinitas veces, por lo que introduce el matiz de que quizá en las primeras ocasiones no salgan bien las cosas.

En ningún momento pienso que Sempere nos esté diciendo que seamos unos insensatos que lo intentemos todo como borregos, más bien, en cada intento debemos sopesar que ha pasado, tanto si sale bien o mal, y de esta manera, analizar de forma sistemáticamente los motivos por los que podemos ir más allá, y de esa forma, conseguir llegar más lejos de lo que podríamos imaginar.

Tener más recursos, propuestas y formas de hacer en las infinitas veces que probaremos a realizar nuestros sueños es la mejor manera. Si intentamos repetir aquello que nos ha salido mal sin cambios, no conseguiremos superar el reto que tenemos por delante.

La vida no deja de ser un proceso de autoaprendizaje continuado, por lo que es muy notorio que sabiendo que las cosas las intentaremos infinitas veces, seamos conscientes de aquello que vamos probando, y que en esa conciencia, nos ayudemos a nosotros mismos a mejorar nuestros procesos.

Solo sin el medio al fracaso, o la parálisis que no nos deja ir adelante, podemos ser libres para saber que quizá aquello que hacemos tenga una alta probabilidad de salir mal, pero que justamente como no tenemos miedo a ello, nos sirva como aprendizaje vital para un siguiente asalto.

Por último, pero no menos importante, la frase también nos pone un matiz importante a nuestra forma de ver el mundo: básicamente nos hace no lamentarnos de las cosas.

Si hay que hacerlo de forma infinita, de nada vale lamentarse por hacer algo, incluso el más profundo de nuestros desastres personales, nos dará elementos, aprendizajes y cosas en las que pensar, en las que no volver a caer.

Por tanto, no estamos simplemente hablando de que hagamos cosas porqué si, estamos hablando de que la conciencia, el análisis riguroso, y el trabajo pormenorizado son los elementos centrales que nos pueden ayudar a ir más allá.

Si fallamos una vez, no pasa nada, ya que sabemos que deberemos intentarlo de muchas formas diferentes y en muchas ocasiones. Disfrutemos del camino tomado, de la acción realizada, y busquemos la mejor forma para que cuando la repetimos la siguiente vez, lleguemos esta vez sí, a nuestra meta vital.