
China se ha tomado en serio el objetivo de liderar las energías limpias en el mundo. Y más después de que Estados Unidos haya anunciado que se retirará del Acuerdo de París. Coincidiendo con este anuncio, Pekín ha presentado con orgullo las imágenes de la planta de energía solar flotante más grande del mundo.
Son 800.000 metros cuadrados sobre un lago formado por la entrada de agua en una antigua mina de carbón. La planta es en la ciudad de Huainan, en la provincia de Anhui.
Cuando esté a pleno rendimiento, generará 40 megavatios de energía limpia para 15.000 hogares. No es una cifra muy elevada, pero sí es la instalación flotante más grande. El hecho de estar encima del agua permite también ahorrar energía porque reduce las exigencias de enfriamiento de los materiales.
No es la primera planta flotante que estrena China. El año pasado en inauguró otra también en Anhui, que genera 20 megavatios. En enero Pekín también puso en funcionamiento una planta gigante, esta sobre tierra, que genera 850 megavatios de energía para 200.000 casas. Es la Longyangxia Dam Solar Park.
China ya es el primer productor mundial de energía solar y eólica, porque hay negocio y, sobre todo, para que la población china ya no se creía que las partículas contaminantes que flotan en las ciudades de China y que impiden ver más allá de un centenar de metros eran sólo niebla, como decía el gobierno.
Aunque la sustitución del carbón es lenta por las resistencias de los lobbies mineros y que el pico de emisiones será el 2030, los chinos sí quieren creer, en cambio, en el nuevo liderazgo de Pekín en la lucha contra el cambio climático.