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Elige un trabajo que ames, y no tendrás que trabajar un día en tu vida. Confucio

Confucio es uno de los pensadores mundiales más influyentes a lo largo de la historia. De hecho, sus reflexiones son la base de la religión confuciana, que durante más de veinte siglos sería la dominante en Asia.

A día de hoy, sus reflexiones siguen siendo de una actualidad rabiosa, y además, susceptibles de ser aplicadas en nuestras vidas.

Una de las frases que más me gustan de él es justamente de la que vamos hablar.

Una de las máxima preocupaciones de la historia es que las madres y padres quieren que sus hijos e hijas estudien algo que luego sea útil, que les proporcione el mejor trabajo posible.

Es de hecho, una obsesión tan habitual, que muchas personas acaban estudiando y trabajando de cosas que en verdad no les despertaba el más mínimo interés.

En una sociedad como la actual dónde cada vez tendemos a sobre estimular a las personas, y haciendo que se sientan atraídos hacía pequeñas y grandes cosas, se hace complejo esto.

De hecho, uno de los principales motivos por los que muchos alumnos fracasan en sus estudios superiores es porque no son lo que les gusta.

Esto sucedía mucho con la universidad. Padres y madres que escogían y orientaban a sus vástagos hacía estudios que a priori pudieran suponer un trabajo seguro.

Pero después de la gran crisis de los años 2006-07 esto ya no existe.

No hay trabajos para toda la vida, y no hay profesiones sin desempleados.

Indiscutiblemente, tener estudios superiores te garantiza un mejor entendiendo del mundo, una mayor formación, y por tanto más herramientas para enfrentarte a este mundo cambiante.

Pero lejos de ser una garantía, los títulos universitarios son eso, una herramienta más.

Por todo eso, debes pensar que aquello que realmente destacan son los que aman su trabajo.

Si queremos que nuestros vástagos amen su trabajo, si queremos nosotros mismos amar nuestro trabajo, debemos escoger aquello que realmente nos gusta.

La verdadera clave para conseguir trabajo en estos días es simplemente ser el mejor en aquello que has escogido, y para ser el mejor, debes amar aquello que has escogido.

Por eso, Confucio nos dice que realmente si amamos aquello a lo que nos dedicamos, en verdad no estaremos trabajando.

En el fondo, Confucio lo que nos viene a decir es que, si nuestro trabajo nos divierte, nos apasiona, nos llena y nos hace sentir orgulloso es más llevadero.

A los más jóvenes, aquellos desorientados que no saben hacía que estudios orientarse, deben pensar que estarán todo el día hablando sobre ello, estudiando sobre ello.

Escoger algo que os guste, o lo lamentaréis el resto de vuestra vida.

Por eso tantos estudiantes realizan cambios de carreras y estudio a lo largo de su vida, no es que sean malos estudiantes, simplemente deben encontrar su espacio.

Es un tema realmente interesante, pero tampoco es tan complejo, en el fondo todos tenemos compañeros que en los estudios básicos no conseguían superar unas asignaturas, pero en otras tenían muy buenas notas.

La pasión de la que hablamos en las frases de Hegel, aquella motivación extra que hace que vayamos más lejos.

Por eso, hay que seguir las lecciones de Confucio, y busquemos aquellos trabajos que, aunque quizá nos paguen menos, nos apasionan y nos hacen ir más lejos.

Porque serán en ellos en los que encontremos la motivación y las ganas suficientes como para marcar la diferencia.

No hay anda peor en esta vida que levantarnos sin ganas de ir a trabajar, tener ansiedad ante el mundo laboral, y que perdamos nuestra vida por sentimientos negativos.

Si aquello a lo que nos dedicamos nos motiva, notaremos un cambio en todo nuestro entorno.

Para aquellos que se sienten atrapados en sus trabajos actuales, no es fácil, pero se puede llegar a conseguir otros trabajos.

Recuerda que si tenemos pasión, que nos gusta aquello que hacemos, seremos mucho mejores, y por tanto más valiosos, más imprescindibles.

Los retos en la vida suelen ser constantes, por ello, mejor afrontarlos con una buena sonrisa, con ganas, y esas ganas nos vendrán de la pasión que hayamos demostrado o no en nuestras labores más mundanas.

Si preguntas a aquellos que sienten pasión por su trabajo, que les encanta, verás que todos coinciden en que el tiempo se les pasa volando.

Cuando las semanas pasan sin más, sin que nos demos cuenta, es noción clara de que nos gusta aquello que hacemos.

También está actitud ante la vida nos ayudará a no tener tanta ansiedad ante aquello que nos vaya surgiendo.

Un problema en aquello que te gusta es menos problema que en una profesión en la que ya estás al limite de tu resistencia mental y física.

Por supuesto no es fácil, y no hay una receta mágica, y menos cuando hablamos de sentimientos y de formas de ser, de sentir las cosas.

Pero siempre el primer paso es replantearnos que estamos haciendo, y hacía dónde queremos ir.

Con planificación y perseverancia todo funciona mejor.

Para acabar, debemos notar que en la sociedad actual no todo es malo.

Por ello, tenemos buenas opciones para realizar estudios fuera de horario laboral, para formarnos, mejorar, reinventarnos, siempre hay tiempo.

Está en tu mano.