
Ya hemos hablado largamente sobre lo que significa perder el tiempo en la sociedad moderna y llena de atractivas distracciones.
Pero quizá esta frase de Walt Disney nos puede ayudar a profundizar sobre este tema de una manera más completa.
Una de las principales cosas que me aburren de los libros de autoayuda son justamente las listas de objetivos.
Son muchos los que te indican que debes hacer una lista de las cosas que deseas, de tener claro los objetivos a los que quieres llegar en la vida.
Quizá sea un enfoque positivo para aquellos que realmente lo que quieren es solucionar un problema concreto, pero en líneas generales este tipo de estrategias tiene las de perder.
Básicamente, la mayoría de la población no sabe cual es su onjetivo vital.
Más allá de ser ricos, de conseguir el amor y ser queridos por sus semejantes poco más tienen claro.
La frase de Walt Disney puede ir en esta dirección, en la que nos planteemos la de tiempo que gastamos en cosas que no tienen nada que ver con nuestros objetivos vitales.
Una duda que te debe sobresalir ahora mismo es justamente que si no tenemos esa lista de objetivos como podemos focalizar el tiempo en lo que realmente importa.
Es una buena pregunta. Pero quizá errónea.
En el fondo, lo que buscamos la mayoría de personas es la felicidad, y la felicidad se consigue de muchas maneras posible.
Dicen que el principal problema de la sociedad actual es el gastar tiempo en cosas que lo único que hacen es pasar nuestro tiempo.
Es una afirmación que podría ser cierta, si pensamos en la de tiempo que gastamos yendo de la página de Inicio de Facebook a nuestro perfil, o las horas que gastamos viendo video de gatitos en Youtube.
No nos llevemos a engaño. Antes de internet teníamos la televisión, en la que podías pasarte horas y horas sentado en un sofá cambiando de canales de forma compulsiva.
Hay un ejercicio bastante simple, y es justamente asignar tareas a las plataformas.
Si eres un loco de las redes sociales puede ser una gran solución para convertirte en una persona extremadamente productiva, no perder ni un solo momento de tu vida.
Por ejemplo, asigna limpiar la casa a Facebook, hacer ejercicio a Twitter, y leer a Instagram.
Cada vez que tengas la tentación de entrar a Facebook, levántate y ves a hacer alguna tarea del hogar, de igual forma, cada vez que entres a ver alguna de las notificaciones de twitter haz unas flexiones, o ves a correr.
En poco tiempo irás viendo como por un lado tu salud mental y física mejora, a la vez que vas desintoxicándote de las redes sociales y solamente las utilizas en momentos puntuales.
En el fondo, estos trucos no dejan de ser el sentido de la frase de la que estamos hablando, la posibilidad de ser más productivos, de no perder tiempo.
Es cierto que muchas veces perdemos mucho tiempo en cosas que no tienen sentido, en cosas que no nos reportaran ninguna cosa de vuelta.
Focalizarnos en tareas importantes y que nos aporten es todo un reto, y más en sociedades como la nuestra en la que las posibilidades de perder el tiempo están a dos clicks de distancia.
Pero si quieres enfocar la vida con una perspectiva menos mecanizada, también debes pensar que tu cuerpo, tú mismo, no eres una máquina, y por tanto, no debes estar de forma permanente produciendo cosas.
Esa visión de nuestra sociedad dónde todo se centra en la producción puede ser nociva.
Por tanto, la cuestión es que nos centremos en cosas que nos den valor, que nos acerquen a la felicidad, que nos ayuden a superar el día a día, y que ante todo, cree buenos hábitos en nosotros.
Todo en nosotros es un entrenamiento y una regularidad. Aquellas personas que están acostumbradas a levantarse pronto tienen más facilidad para madrugar un día que lo necesitan, y están más activos durante el día.
De la misma forma, si estamos acostumbrados y programamos nuestro cuerpo para hacer tareas útiles (quitar el polvo o salir a correr también son tareas útiles), en el momento en que ante nosotros tengamos una tarea realmente importante y vital, nos será más fácil afrontarla.
Debemos por tanto estar preparados y entrenados, de forma natural, para que cuando se tercie podamos afrontar las tareas vitales que si nos harán avanzar vitalmente.
Pero para ello, debemos empezar por, como decía Walt Disney, dejar de estar haciendo cosas que nos hacen perder el tiempo, y preguntarnos más a menudo si las horas perdidas nos han servido de algo.
Igualmente, siempre es interesante que focalicemos nuestras actitudes vitales hacía tareas que aunque pueden parecer banales, irrumpen necesariamente en nuestro bienestar.
El ejemplo de una casa ordenada, limpia y acogedora es quizá el que más nos puede servir:
No podemos conseguir focalizarnos en cosas importantes si nuestro entorno está distorsionado y es poco apacible.
Si en vez de gastar tiempo en redes sociales lo gastamos en mejorar nuestro entorno inmediato, estaremos sentando las bases para realizar tareas mucho más complejas y vitales.
Siendo estas tareas vitales el preludio de aquellos lugares dónde queremos llegar.


