
Tony Robbins es un famoso escritor americano de libros de motivación, de su extensa obra me gusta en especial una frase suya, que, aunque parezca que no tiene demasiada importancia de mucho más interesante de lo que parece.
Ya suele pasar que las mejores frases suelen ser aquellas cortas que nos permiten ir más allá sin darnos cuenta, que tienen profundidad sin que nos percatemos.
En esta frase, nos habla sobre cómo afrontar aspectos de la vida que se repiten, y que queremos hacer de forma diferente. Básicamente, nos alecciona sobre la mejora continuada.
A lo largo de la vida podemos afrontar miles de situaciones diferentes, pero a veces siempre son parecías o similares. Por ejemplo, los estudiantes suelen afrontar muchos exámenes a lo largo de su paso por el mundo de los estudios.
Cada cual tiene sus códigos, formas de hacer, que hacen que tengan mejores resultados en los exámenes, pero es cierto que muchas veces podemos caer en que siempre hacemos las cosas de la misma manera, esperando que haya efectos diferentes.
Así, si estamos ante una situación que ya hemos experimentado, o más bien es similar, siempre debemos tener en la cabeza las cosas que hicimos en la anterior ocasión, y de esa forma, establecer estrategias y acciones diferentes, que fortalezcan aquellas cosas que se hicieron bien, y mejoren aquellas que no se hicieron tan bien.
La autormejora no es fácil. Muchas personas se dicen a sí mismas que trabajan en este aspecto personal, pero lejos de que esto sea real, no realizan todo el esfuerzo necesario para conseguir realmente llegar a su máxima expansión.
Por este motivo, encontramos a muchas personas que se dan una vez y otra contra una pared, porque intentan hacer lo mismo que anteriores veces sin un proceso de análisis y de mejora continuada.
No se trata de un trabajo muy arduo, más bien, debemos afrontar las cosas tal y como son. La experiencia siempre es un motivo de cambio, de mejora continuada, que nos ayuda a que los problemas futuros se pasen de una forma diferente.
Por todo esto, si realmente lo que quieres es ir más allá en cada acción de tu vida, debemos replantearte que hiciste mal, que salió bien, y potenciar hasta límites masivos esas cosas que has hecho bien.
Muchas veces las personas se centran en aquellas cosas que han salido mal. Son personas autoexigentes con ellas mismas, y que les cuesta salir del marco de los errores y las equivocaciones.
Una forma más sana de afrontar los problemas evidentes de la vida es centrarse en aquellas cosas que han ido saliendo bien, y potenciarlas. Porque regodearnos en aquello que sale mal, buscando una solución, cuando realmente esa solución ya la tenemos, en nuestras propias acciones: aquello que salió bien.
Una mirada racional ayuda de forma completa y considerable en estos marcos y acciones, haciendo que todo sea mucho más fácil de hacer de lo que estamos acostumbrados, por eso mismo debemos siempre tener en la cabeza que los cambios, las adaptaciones son la clave.
En el fondo, estamos siempre hablando de lo mismo, aunque dos acciones parezcan similares, siempre tienen sus peculiaridades y sus cosas diferentes, lo que hace que la forma en que nos afrontemos a ellas deban ser diferentes.
La adaptación al medio y las circunstancias son la base del sistema evolutivo, no solamente de los humanos, también de todos los seres vivos del planeta. Por tanto, nuestra adaptación y nuestras capacidades de hacer cambios es un principio natural que nos ayudará a llegar al éxito.
Con una buena adaptación, esto es, ir modificando las conductas dependiendo de las circunstancias, de aquello que sale bien o sale mal, conseguiremos que, de forma más tranquila, podamos conseguir cambios substanciales en los resultados de todo aquello que hagamos.
Por todo ello, debemos concentrarnos en los mismos elementos que ya hemos ido hablando en otras frases: centrarnos en analizar bien los problemas o las diferentes situaciones a las que nos afrontamos. Después realizar un proceso de reflexión que nos lleve a entender los problemas más allá de la parte sentimental, y, por último, conseguir que la racionalidad nos ayude a superar los elementos emocionales que nos pueden anclar o llevar de forma irresponsable a una acción prematura.
Solo de esta manera, conseguiremos que, ante una situación similar, actuemos de forma diferentes y podamos ir más allá de lo que nos planteábamos en el inicio, que es justamente lo que nos comenta Tony Robbins con esta frase.